La importancia de cuidar los ojos de los rayos del sol radica en las patologías que estos generan a nivel de las estructuras del globo ocular. El espectro de ondas que emite el sol se divide en radiación ULTARVIOLETA (UV), LUZ VISIBLE y radiación INFRAROJA (IF). La mayor fuente de radiación UV en la tierra viene del sol, la gente normalmente se refiere a ella como “luz UV”. El daño de la radiación UV es acumulativo y permanente. Puede afectar a la córnea, el cristalino, el iris, la retina y los tejidos epiteliales y conjuntivales relacionados. Se han registrado daños en cuatro estructuras fundamentales: la conjuntiva, la córnea, el cristalino y la retina. Dentro de las patologías más frecuentes que se asocian a la exposición a la “luz UV” encontramos el pterigión, la catarata y la degeneración macular relacionada a la edad.
¿Cómo cuidarnos desde el punto de vista oftalmológico?
a. Minimizar la exposición solar en horas punta de radiación UV.
b. Uso de gorro o sombrero
c. Lentes de sol con protección del 100% de radiación UV-A y UV-B
d. Control oftalmológico anual
Dato relevante: es un mito que mientras más oscuros sean los lentes más protegen de la radiación UV. La oscuridad del lente solo filtra la cantidad de “Luz Visible” y no así la Luz UV. Por lo que pueden existir lentes completamente transparentes que filtran el 100% de la Luz UV y, por el contrario, lentes muy oscuros que no filtren casi nada de luz UV.
Dr. Emilio Jalil Florencia
Oftalmólogo subespecialista en córnea, catarata y cirugía refractiva